Archivo de la categoría: 2016

Las religiones del Hombre

Las religiones del Hombre

de-los-diversos-dioses
de-los-diversos-dioses

 

En la Grecia de los tiempos históricos, multifacética, con mezcla de diversas  religiones, la división que debe hacerse para mejor comprensión  es entre

  • religión olímpica,  de cultos al aire libre en torno de las cimas del monte sagrado, y características de cordura, claridad y serenidad, y
  • la ctonia de  cultos de la tierra y de las regiones subterráneas

A menudo señalados por la oscuridad y el místico anhelo de una unión entre el hombre y la divinidad.

Al tratar las diferentes variedades de creencia y experiencia religiosa del mundo griego, el término “religión” se aplica frecuentemente a cada uno por separado, así hablamos de religión olímpica, religión ctonia, religión dionisiaca, etc.,  PERO el observador imparcial habla también de religión cristiana, religión musulmana,. y de quienes se hablan pertenecen a diferentes mundos religiosos, y es esta conciencia una parte importante de su religión misma,  estando dispuestas a matar y morir en afirmación de ello. Ambas religiones pueden remitirse al judaísmo como uno de los antecesores de su respectivo credo, pero ambas permanecen mutuamente excluyentes, pues es imposible imaginar a un cristiano que se proclama musulmán y viceversa.

Tratamos con diferencias tan claras como esta al tratar  entre religiónes,   el término “religión” es utilizado para describir así fenómenos acerca de los cuales tales presupuestos serían enteramente injustificables. Lo serían al tratar de las religiones de la Grecia clásica, y lo serían, prácticamente, en la totalidad de los casos.

Las diferencias entre el culto de Zeus olímpico y los misterios de Deméter nos pueden parecer tan grandes como las existentes entre dos religiones cualesquiera, tales como las cristiana y la musulmana.  Empero dichos cultos no sólo no llevaron nunca a guerras persecutorias, sino que además para la misma persona era perfectamente  posible ser devoto participante de ambos.   Core, la hija de Demeter tenía como padre a Zeus, quien podía ser invocado tanto como ctonio que como olímpico, Este ejemplo muestra que no se trataba de dos dioses diferentes para el ateniense del S. V.,  y que es este ejemplo sólo uno de entre muchos ejemplos que pueden aducirse para mostrar que en tal o cual religión no podemos trazar las distinciones tajantes que nos parecen hoy tan evidentes. No es cuestión de la tolerancia que en el mundo moderno se enarbola, la que no borra la línea definida en las actuales religiones, sino una cuestión de falta de conciencia en la mente del devoto.

   En el mundo cristiano se encuentra un paralelo, donde sus diferencias no han sido inconsciente como atestigua la larga historia de persecuciones; existen hoy, adorando juntas en la misma iglesia, en aparente unanimidad, gentes de diverso grado de espiritualidad, capacidad mental y educación, factores según los cuales uno cree que Dios es paterno y bondadoso, otro que un justiciero pero despótico, otro que en un ser cuya naturaleza es simplemente humana elevada a la perfección,con el que  la unión espiritual completa no es meta imposible; y, la inmortalidad se concibe bien como un expediente de la justicia divina, con los tormentos del infierno para los condenados, bien con los tormentos rechazados como indignos de la Divinidad, bien como una extensión realista de la personalidad individual, bien como un estado de unión casi neoplatónico con el Espíritu supremo, en el cual la supervivencia de la personalidad apenas puede reconocerse sino dudosamente.   Pueden encontrarse casi todos los diversos matices de creencias que en el estudio de la religión griega, desde una tan externa como la de Homero hasta las formas más puras de misticismo.

La religión, en última instancia, es del individuo, y no hay dos hombres que tengan religiones exactamente iguales, aunque los   temperamentos similares prefieran agruparse, tendencia que aparecía  igualmente en la Grecia clásica.

De hecho representantes de tipos de religión opuestos invocan al mismo Dios con ánimo enteramente diferente (el cambio es de epíteto), y dioses considerados fuentes de inspiración de credos y aspiraciones incompatibles se hallan a veces pacíficamente unidos en el mismo campo.Mucha confusión han causado las tentativas de descubrir un orden y una razón inexistentes en asuntos cuya explicación es simplemente la tranquila inconsciencia de lo incongruente, tal como podemos observarlas hoy dentro de cualquiera de las denominaciones actuales.

Extraído de “Orfeo y la religión griega” de W.K.C. Guthrie

El Masón y Dios

El Masón y Dios

Esoterismo Masónic

Según el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia Española, el esoterismo se define por su cualidad de esotérico, dando a este adjetivo los siguientes significados:

1) Oculto, reservado

2) Dicho de una cosa: Que es impenetrable o de difícil acceso para la mente

3) Se dice de la doctrina que los filósofos de la Antigüedad no comunicaban sino a corto números de discípulos y

4) Dicho de una doctrina: Que se trasmite oralmente a los iniciados.
El diccionario esotérico Zaniah expresa que éste vocablo procede del griego “eiso – theo” que significa “yo hago entrar”, es decir darle paso al conocimiento de una verdad oculta. El mismo diccionario califica al esoterismo como “la síntesis de la divina sabiduría, la verdad, la eterna realidad de las cosas”. De la etimología de la palabra “esoterismo” surgieron una serie de características comunes en las definiciones:

1) “Eso” significa “adentro”: el esoterismo es, pues, la ciencia de lo interior, de lo oculto, de lo íntimo, de las cualidades ocultas y de los conocimientos reservados.

2) “Ter” marca una oposición: el esoterismo es una disciplina que separa a los hombres en dos partes: Los que poseen la gnosis, el conocimiento (iniciados) y los que no la poseen (profanos). Pero no cualquier conocimiento sino aquel que permite develar el misterio divino.

3) Las palabras terminadas en “ismo” designan doctrinas por lo tanto el esoterismo es una teoría. Una teoría avalada por la experiencia humana.
El alma de la Masonería, es decir su aspecto subjetivo, se vivencia en el campo de lo interno, de lo profundo, el campo del Ser, es decir de lo esotérico, de lo reservado a los iniciados. Se trata de una vivencia de trascendencia y por ende excede el campo puramente racional. Pero exceder lo racional no significa lo irracional sino lo transracional, significa integrar la Razón y la Fe en un nivel superior de comprensión.

Conceptualizamos el esoterismo masónico como el proceso de introspección interior, de búsqueda y vivencia espiritual, que se funda en principios tales como los de correspondencia, analogía y sintonía entre el microcosmos y el macrocosmos, entre lo interno y lo externo, entre el mundo y el hombre, entre la materia y el espíritu, proceso que obedece a leyes naturales.

Esa armonía, esa sintonía que debe existir entre la percepción humana del microcosmos y del macrocosmos es lo se puede llamar la sabiduría del camino del medio, la sabiduría del sendero iniciático. Sendero que debemos recorrer de la mano de las dos grandes capacidades con que Dios privilegió al Hombre: la inteligencia racional y la inteligencia intuitiva, la razón y la fe.
No puede, no debe haber incompatibilidad entre aquello que creemos a través de la luz sobrenatural de la fe y aquello que conocemos por medio de la luz natural de nuestra inteligencia o ciencia.
Afirmar la razón contra la fe, o afirmar la fe contra la razón son, paradójicamente, actos de fe absurdos. Y la auténtica fe nunca es absurda como la razón verdadera nunca es incrédula. Lo verdaderamente absurdo es cortar el diálogo entre fe y razón. La fórmula áurea del diálogo entre fe y razón, que debe iluminar nuestro camino iniciático, ya la formuló con meridiana claridad Agustín de Hipona (354 a 430), diciendo “Creo para entender, entiendo para creer” .

Con esta fórmula San Agustín sintetiza la armonía fe/razón. La fe no es un obstáculo hacia una mayor comprensión del mundo (“creo para entender”) y la razón busca razones para la fe (“entiendo para creer”). Por eso la doctrina masónica postula la existencia de una Fe iniciática que se nutre de la razón y de la intuición y que nos lleva a la evidencia cierta de la existencia del Gran Arquitecto del Universo.

No obstante, debemos reconocer que el camino de la fe iniciática no está exento de aptitudes fundamentalistas. Cuando se resta importancia, se desmerece o ignora el papel de la inteligencia intuitiva, de la fe, en la búsqueda de la Verdad podemos caer en el racionalismo pero cuando se adopta la posición contraria y se considera que el papel de la razón es irrelevante podemos caer en el fideísmo.
7b20d0275aAmbos fundamentalismo son negativos para nuestro progreso en el camino iniciático. Las enseñanzas esotéricas en la Orden Masónica se trasmiten a través del simbolismo constructivo fundado en los significados de las herramientas de los constructores de edificios.

El verdadero fundamento del simbolismo constructivo es la correspondencia que existe entre todos los órdenes de la realidad que los liga uno al otro. Se extiende desde el orden natural, tomado en su conjunto, al orden sobrenatural en si mismo. En virtud de esa correspondencia, la naturaleza en su totalidad no es en sí misma más que un símbolo.
Un antiguo maestro expresó: “el Universo no es más que la cara visible de Dios”. Dentro del concepto de símbolo incluimos el Ritual que es el símbolo en acción. El Ritual es el vehículo de transmisión de una influencia espiritual que opera el proceso de transformación subjetiva en lo más profundo del iniciado.

Los Rituales como actos humanos consientes activan los arquetipos que moran en el subconsciente del Hombre e iluminan su interior, de ahí la importancia que los mismos sean practicados en forma justa y perfecta. El gran terapeuta masón Carl Gustav Jung fue quien acuñó el término “arquetipos” para referirse a ciertos elementos que existen en el “inconsciente colectivo”, fundamento del “inconsciente personal” y que vincula al individuo con el conjunto de la humanidad. Ejemplos clásicos de “arquetipos” son Dios, Madre, Padre, Nacimiento, Muerte, Justicia, Amor, Sabiduría, etc.

Jung distinguía entre arquetipos e imágenes arquetípicas. Reconoció que lo que llega a nuestra conciencia son siempre las imágenes, o sea las manifestaciones concretas y particulares de los arquetipos las que – según él – “nos impresionan, influyen y fascinan»”.
Jung comprobó experimentalmente que la imagen de Dios es uno de los grandes arquetipos que está arraigado en la plenitud del Ser y que el poder de esta imagen es mucho mayor que la de la voluntad consiente y personal.

Según Jung, es así porque el poder de la imagen de Dios y no la voluntad, participa del inconsciente colectivo que tiene acceso a los ilimitados recursos colectivos del Ser. El simbolismo constructivo, como método masónico de transmisión del conocimiento, es uno de los principios fundamentales de la Orden (landmark) y, según la tradición masónica, tiene su génesis en el Templo de Jerusalén, mandado construir por el Rey Salomón hace 3.000 años.

images

El Templo de Jerusalén expresa arquitectónicamente el matrimonio sagrado entre la Tierra y el Cielo, porque su construcción se efectuó conforme al modelo cósmico. Según este modelo, el mundo terrestre aparece como el reflejo del mundo celeste, y en íntima comunión con él.
Geométricamente esa unión se expresa mediante dos triángulos entrelazados, y el uno siendo reflejo del otro, figura que es conocida como “Sello de Salomón” o “Estrella de David”. Podríamos decir que el Templo de Salomón está en la esencia misma de la Masonería, que actualiza permanentemente su contenido espiritual a través de sus ritos y símbolos, empezando por la propia logia, que tiene en él su modelo o prototipo.

Esta actualización también se lleva a cabo en sus mitos y leyendas ejemplares que recogen los episodios más significativos de su historia sagrada. Lo poco que se sabe acerca de los antiguos rituales de la Masonería operativa, nos indican que habían tres celebraciones significativas en torno al Templo de Jerusalén: a) La conmemoración de su fundación. b) La conmemoración de la muerte del maestro arquitecto del Templo. c) La Ceremonia de dedicación del Templo.

La primera se celebraba durante la época de la Pascua Judía concretamente durante el mes abril, el segundo en el calendariojudío, donde habría comenzado su construcción. Abril es el llamado mes de las “espigas”, pues en él empiezan a crecer en el hemisferio norte por el ímpetu renovado de las energías vitales de la naturaleza.

La segunda conmemoración, la muerte del maestro arquitecto del Templo tiene lugar el 2 de octubre, coincidiendo con la fecha judía del Yom Kipur o “gran perdón”, época en que la frutos maduran en el hemisferio norte, pero que también anuncia el jubileo y el juicio final, los que coincide con el fin de los tiempos y el descenso de la Jerusalén Celeste sobre la tierra.

La tercera conmemoración, la ceremonia de dedicación del Templo, tiene también lugar durante el mes de octubre, el día 30, y su desarrollo está marcado por la lectura de los pasajes bíblicos en donde se menciona las palabras de Salomón dirigidas al Señor (Dios) invocando su presencia en el tabernáculo del Templo recién terminado.

Se trata de la consagración del Templo, cuya edificación había durado exactamente siete años, número simbólico que asimila su construcción a la creación del mundo, que fue formado según el Génesis en “siete días” o ciclos temporales.
En definitiva, para los masones, la arquitectura es el arte de las artes, y significa construir de acuerdo con el diseño (el Templo de Salomón) y la finalidad (el perfeccionamiento espiritual y el servicio a la humanidad, de acuerdo al mandato bíblico: “amarás al prójimo como a ti mismo”).
La arquitectura continúa siendo el arte de las artes, al margen que se esté construyendo un edificio, como en la Masonería operativa, o se esté planificando una vida humana, como sucede en la Masonería especulativa. Según la creencia masónica, implícita en su esoterismo, la ciencia de cómo se construyó un edificio real proporciona la sabiduría de cómo construir un templo espiritual en la propia alma (Templo interno donde mora la Divinidad) y colectivamente para el conjunto de la humanidad (Templo de Fraternidad Masónica Universal que albergue a todos los hombres del mundo de buena voluntad).

El esoterismo masónico, a través del camino iniciático, no busca la iluminación, como sinónimo de perfección, por la perfección misma sino, también, como medio de servir a la Humanidad. La Masonería, a diferencia de otros esoterismo, no cree en la utopía de que la Humanidad será perfecta cuando todos los hombres lo sean (iluminados), sino que aspira a que sus adeptos se apliquen simultáneamente a la construcción del Templo interior y colaboren conscientemente en la construcción del Templo exterior de la Fraternidad Masónica Universal, basado en el concepto de que todos los hombres (no solamente los masones) son hijos del mismo Padre (Dios) y por ende hermanos.
La Fraternidad es el perfume de la flor del amor. Sin Fraternidad no hay Masonería y el llamado masón se transforma en un profano con mandil. El esoterismo masónico se distingue, además, de los otros esoterismos por adoptar el simbolismo constructivo como método de transmisión del conocimiento. El esoterismo masónico no riñe con los sistemas filosóficos ni con los científicos, los abstrae por medio de sus símbolos y alegorías. La ciencia tiene un lenguaje propio, un método particular.

El esoterismo masónico tiene otro lenguaje. La ciencia no es simbólica, es positiva; su método no es iniciático. Es diferente aprender física cuántica a ser exaltado al sublime grado de Maestro Masón. Grandes científicos, que también fueron masones, jamás pusieron en duda esta verdad. Su formación científica no riñó con su formación masónica; por el contrario se complementaron. Eran mejores científicos y mejores seres humanos.. Para ellos el discurso interior del hombre (microcosmo) y el exterior (macrocosmo) se correspondían en una cosmovisión armónica de Dios, el Hombre y el Universo.

El estudio criterioso de los orígenes de la Masonería y de su realidad ontológica, nos permitió visualizar la evolución de su contenido esotérico desde la Masonería operativa hasta la Masonería especulativa, teniendo en cuenta los distintos pensamientos o escuelas que tienden con frecuencia a presentarse como el esoterismo en sí mismo, como la verdadera Tradición, en oposición a otros caminos.

Incluso llegan a negar la calidad esotérica a quienes no comparten su sectarismo. Consideramos que el trabajo iniciático no es un trabajo puramente intelectual sino que es una experiencia vivencial; pero resulta que de la experiencia se puede hablar sólo a través del lenguaje (los datos de la experiencia no hablan de por sí) y el lenguaje es un acto intelectual. Negar el lenguaje equivale a renunciar a hablar de la experiencia. En otras palabras, cuando utilizamos el lenguaje para hablar del trabajo iniciático no significa que consideremos al mismo como un “trabajo puramente intelectual”.
Por eso señalamos con meridiana claridad cuáles son las particularidades del esoterismo masónico:
1º) La Razón (inteligencia racional) como capacidad única y exclusiva del ser humano que le permite desestructurar las formas para que la Fe (inteligencia intuitiva) pueda llegar a aprehender la esencia de las cosas que hace posible la Unidad en la Diversidad.
2º) El modo iniciático, basado en el simbolismo constructivo, como método de transmisión de las enseñanzas esotéricas.
3º) El “constructivismo” como su objetivo: la construcción simbólica del Templo de Jerusalén, es decir la construcción de una sociedad conforme a los principios y virtudes de la Masonería (libertad, igualdad, fraternidad, fe, esperanza y caridad), de manera que se pueda asegurar a la humanidad, y por ende a los hombres que la integran, su perfecto desarrollo.

Se trata no de buscar la iluminación, como sinónimo de perfección, por la perfección misma sino como medio de servir a la Humanidad. La Masonería, a diferencia de otros esoterismo, no cree en la utopía de que la Humanidad será perfecta cuando todos los hombres lo sean (iluminados), sino que aspira a que sus adeptos se apliquen simultáneamente a la construcción del Templo interior y colaboren conscientemente en la construcción del Templo exterior de la Fraternidad Masónica Universal, basado en el concepto de que todos los hombres (no solamente los masones) son hijos del mismo Padre (Dios) y por ende hermanos.
4º) La Fraternidad como expresión de la Unidad en la Diversidad de la Hermandad Masónica.

 

DIVERSAS RAMAS

Diversas Ramas

el-arbol
el-arbol

Con muchas y complejas significaciones según las Tradiciones y sus constituciones (ubicación, propiedades, tronco, hojas,  flores, .. ) es el árbol un símbolo universal, símbolo de vida y evolución, que comunica los tres niveles del cosmos: en el subsuelo, las raíces, en la superficie su tronco, y elevadas sus ramas, y que reúne en sí los elementos: su savia es agua, su cuerpo es tierra, sus hojas aire, y el Seguir leyendo DIVERSAS RAMAS

EL TEMPLO EN EL ARBOL EXTENDIDO

EL TEMPLO EN EL ARBOL EXTENDIDO

(DE LOS MUNDOS)

El Arbol de la Vida. Es el Símbolo fundamental de la Qabalah, que hace referencia al Árbol del Jardín del Edén , que hunde sus raíces en lo Inmanifestado (uno de los nombres de la Realidad Absoluta, el Infinito, en Sof, morada de Dios.) Su tronco y ramas crecen  a través de todos los mundos, floreciendo en multitud de seres. Su savia, es el símbolo de la vida misma. Mediante el Árbol todo el entramado de la Manifestación  Seguir leyendo EL TEMPLO EN EL ARBOL EXTENDIDO

LOS LIMITES DE LA TOLERANCIA

La RAE define la tolerancia como: “Capacidad de aceptar ideas y opiniones distintas de las propias; respeto por las ideas de los demás”. Por su parte el Diccionario Etimológico General de la Lengua Castellana dice que la palabra Tolerar viene del latín tolerare, que quiere decir soportar, sufrir, aguantar, padecer.

imagesAquí se nos dan los dos conceptos básicos, que se refiere SOLO a las ideas y opiniones (no a las acciones), y al respeto. La tolerancia puede ser definida como un valor moral que implica el respeto íntegro hacia otro, sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de si éstas son contrarias a las nuestras, siendo también el reconocimiento de las diferencias a la naturaleza humana, la diversidad cultural, las religiones o las maneras de ser o de actuar durante diferentes situaciones a lo largo de la vida de cada individuo

Dicho esto, me atrevo a abordar un tema que puede ser polémico, y más aún en estos tiempos en los que parece ser se ha puesto de moda, como antes fueron la ecología, la solidaridad o tantos otros, por los que después de pasar someramente por encima, los guardamos en el cajón de los recuerdos, para dedicarnos a otras cuestiones de más viva actualidad.

Decía Mahatma Gandhi,”Puesto que yo soy imperfecto, y necesito la tolerancia  y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”

Vivimos en una época en la qué se habla de tolerancia cero sobre esto o aquello, solo recordar que la tolerancia no quiere decir tener que tragar con carros y carretas, así es que no desprestigiemos una virtud poniéndole un valor que no necesita.

Recuerdo una conversación mantenida poco después de mi iniciación, en la que se manejaba el tema de la tolerancia. Oí algo así como que “la tolerancia no significa que tengamos que renunciar a ser beligerantes…”. Una frase que me llenó de incertidumbre. ¿Cómo mantener en equilibrio ambas actitudes? No obstante me hizo atisbar esos principios, que siempre desde mi profana ignorancia había atribuido a la Masonería.

Aún así (quizás por deformación profesional), me gusta más el sentido que adquiere en escultura la tolerancia: es ese pequeño margen en exceso que el discípulo ha de dejar cuando el maestro le encarga copiar una obra, de forma que nunca se quite más material del preciso y que los posibles errores sean fácilmente reparables. Los márgenes de la tolerancia son tan amplios difusos y poco definidos, que hay ocasiones en las que no sabemos muy bien dónde nos encontramos. Es como los colores del arco iris: ¿dónde termina el azul y empieza el verde o el violeta? Es francamente difícil el decirlo ya que es una apreciación puramente subjetiva. Volviendo a la definición de tolerancia e incidiendo en el hecho de que se trata de ideas y opiniones, me pregunto; ¿cuándo esas ideas y opiniones se traducen en acciones que nos son lesivas?, ¿también debemos seguir siendo tolerantes?, ¿hasta qué punto?

Creo que pasar de ese punto crítico es caer en el conformismo, y lo que debería haber sido y es una gran virtud, fácilmente se puede transformar en un gran defecto. Como nos recuerda el saber popular, no hay que ser más papista que el papa. Es saludable desarrollar la capacidad de diálogo para que de él salga la Luz que ilumine los caminos de la verdad. En ningún momento la tolerancia significa aceptar los errores del otro. San Agustín decía: “perdonad a los que yerran, combatid, dadle muerte a los errores”.

Todo tiene límites, también la tolerancia, pues no todo vale en este mundo. Los profetas de ayer y de hoy sacrificaron y sacrifican sus vidas alzando su voz y tuvieron el valor de decir: «no te está permitido hacer lo que haces». Hay situaciones en que la tolerancia significa complicidad con el crimen, omisión culposa, insensibilidad ética o “comodismo”.

No debemos ser tolerantes con quienes esclavizan a menores para producir más barato y lucrarse en el mercado mundial

No debemos ser tolerantes con los que asesinan inocentes, abusan sexualmente de los niños, trafican con órganos humanos.

No debemos ser tolerantes con los terroristas que en nombre de su religión o de sus ideas políticas cometen crímenes y matanzas.

La tolerancia ilimitada acaba con la tolerancia, así como la libertad sin límites conduce a la tiranía del más fuerte. Tanto la libertad como la tolerancia necesitan la protección de la ley. Si no, estaremos en la dictadura de una única visión de mundo, que niega todas las otras. El resultado es rabia y deseo de venganza, caldo de cultivo del terrorismo.

Y… ¿hay que ser tolerantes con los intolerantes? La historia ha comprobado que combatir la intolerancia con otra intolerancia conduce a la espiral de la intolerancia. La actitud pragmática busca establecer límites. Si la intolerancia implica crimen y perjuicio evidente a otros, prima el rigor de la ley y la intolerancia debe ser limitada. Fuera de esta restricción legal, vale la libertad. Se debe confrontar al intolerante con la realidad que todos comparten, llevarlo al diálogo incansable y hacerle pensar en las contradicciones de su posición. El mejor camino es la democracia sin fin que se propone incluir a todos y respetar un pacto social común.

Voltaire, en el Tratado sobre la Tolerancia “La Tolerancia es un sentimiento que surge con motivo de las diferencias morales de los individuos, pero además es uno de los más nobles sentimientos, ya que significa procurar comprender, en la medida que nos sea posible, las ideas, los sentimientos y los actos ajenos; respetando aún aquellos actos, sentimientos e ideas que no podamos comprender o compartir, siempre que no tengamos motivos para que ellos nos parezcan francamente malos y no tiendan a imponernos indebidamente ni en los juicios ni en los sentimientos ni en la acción”.

La Tolerancia en la Masonería, es  garantía de convivencia entre  humanos libres  iguales y de distintas formas de pensar, sentir y actuar en lo político, lo religioso, lo social, etc. Se exige como  obligación para quien escucha las posiciones del otro, a fin de comprender sus conceptos y entablar -por ejemplo- un debate razonado, de altura, exponiendo al mismo tiempo los propios, de todo lo cual todos extraemos, como individuos siempre conclusiones positivas.  La Tolerancia en Masonería ha de ser un medio de equilibrio natural, de modo que el “tolerado” sea responsable de sus actos, sin abusar de la tolerancia de la que es objeto. La Tolerancia es fácil de describir, pero difícil de aplicar. Aunque, se debe decir que esta dificultad en la práctica de la tolerancia, es propia de la práctica de cualquier cualidad humana.

Algunos HH.·. ya lo han dicho antes que yo: “la masonería nos convierte en actores a tiempo completo”. Por eso mis mayores esfuerzos los dedico a no olvidar en ningún momento lo que soy y que formo parte de una Orden que tiene como objetivo el perfeccionamiento moral de la humanidad. No sea que a base de ir haciendo concesiones por el camino, pierda la orientación de a dónde voy.

Indudablemente es preciso adaptarse a las circunstancias, y ser flexible, como los juncos que permanecen en pie tras el paso del huracán, mientras los árboles que les daban sombra, por muy altos y arraigados que fueran, han sido tumbados. Pero eso tampoco es tolerancia, es necesidad. Otra de las muchas fuerzas que nos empujan para perder ese difícil equilibrio son la indiferencia y el paternalismo. No es suficiente mantener una actitud “tolerante”, cuando en realidad lo que hay es una falta de interés.

Así como en la educación de un niño (en la que no es posible una falta de interés), debemos comprender y aceptar sus errores, igualmente estamos obligados a enseñarle, rectificarle, y mantener una cierta disciplina. Lo que no se opone a la tolerancia, sino que la complementa y le da su verdadero significado. Cuando somos tolerantes porque creemos que no podemos hacer nada estamos en una suerte de desesperanza aprendida, nos estamos rindiendo ante la situación o la persona. En este caso la tolerancia tiene unos matices negativos ya que nos convertimos en personas apáticas, desinteresadas y no comprometidas con la realidad. Si somos tolerantes porque no tenemos esperanzas de cambio entonces sólo nos sumiremos en un círculo de desinterés que no nos conduce a ningún sitio.

Así y todo, para que la tolerancia sea un proceso positivo se deben dar unas condiciones sine qua non, a saber:

  • La disposición a la concesión y a establecer una relación de intercambio.
  • El mantenimiento de una relación de equidad donde ambas partes tengan un poder, que asegure la no sumisión al otro.
  • El encuentro y la priorización de unos intereses comunes.
  • La posibilidad de ejercer y demostrar libremente las contradicciones y las diferencias.

La indiferencia y el paternalismo llevan implícito una falta de respeto hacia los demás o sus ideas. Esto nos acerca peligrosamente a considerarnos por encima del bien y del mal, y de las consecuencias de esto, tenemos múltiples ejemplos en los numerosos “iluminados” que ha conocido la historia.

La falta de tolerancia conduce al fanatismo, los odios, las guerras y un largo etc. Estos están en el principio de todos los males de la humanidad, de los que por desgracia en estos momentos tenemos algunos claros ejemplos. La más amplia tolerancia es especialmente necesaria entre los Masones, dadas las diferentes ideologías y credos. Y es condición indispensable para que las discusiones y el intercambio de ideas sean fructíferos y no terminar como vulgarmente se dice “con la cabeza caliente y los pies fríos”.

Me gustaría terminar estas reflexiones sobre la tolerancia recordando una frase de Perls que destaca la importancia de ser tolerantes preservando las diferencias individuales: “Yo hago mis cosas y tú haces las tuyas. No estoy en este mundo para cumplir tus expectativas, ni tú estás para cumplir las mías. Tú eres Tú, y Yo soy Yo. Si por casualidad nos encontramos será hermoso. Si no, entonces no nada que hacer”

 

 

M.·.M.·. L. Carlos Morales

 

__________________________________________________________________________________

¿Es posible ser agnóstico y masón¿

 ¿Es posible ser agnóstico y masón¿

agnosticismo
agnosticismo

En un medio como este donde no debieran existir anatemas, ni prejuicios, un título así no debería ocasionar ningún problema, más aun si estas pocas líneas se consideran como las dudas de un eterno aprendiz. Desde mi punto de vista, el esoterismo y el tener un sentido trascendente de la vida nada tienen que ver con creencias. Seguir leyendo ¿Es posible ser agnóstico y masón¿

Rito Antiguo y Primitivo de Memphis.

Historia del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis.

El misterio que rodea el origen de francmasonería especulativa moderna no constituye quizás la menor de sus atracciones en la historia más o menos aceptada de la institución que data, puede decir del decimoctavo siglo en cada uno del núcleo de la presente Simbólica o especulativa de la Gran Logia Unida de Inglaterra que empezó en Londres en 1717. Varios Ritos de naturaleza más o menos mística u oculta filosófica más caballerosa que trabajan grados más altos también se levantaron sobre todo en Francia que probablemente jugó un papel no tan insignificante en la preparación de la grande, pero no deseada y sanguinario Revolución francesa. Seguir leyendo Rito Antiguo y Primitivo de Memphis.

EL CUBO

EL CUBO

Piedra Cubica
Piedra Cubica
El Symbolism of Freemasonry del Dr. Mackey, sigue siendo un libro clásico de la Orden, a pesar de haberse escrito hace más de sesenta años. Es una lástima que el Symbolism de Alberto Pike no esté al alcance de todos los lectores, pues es un rico venero de erudición e intuición, si bien se descubre en él su partidarismo por la raza indoaria. Podríamos citar muchos libros más, pero creemos que con los nombrados habrá bastante).

Seguir leyendo EL CUBO